THE AUTHOR IS DEAD
MAIA Contemporary
2017
That chimeric illusion generated in the modernity that boasted of the property of a creative product only because of the belief that it had emanated from itself; as if it were an extension of his own body that leaves a witness through the signature. The truth is that when an individual creates something - a word, a literary work, a piece of art - this product ceases to belong to him and turns to the public domain belonging. The author is not an author, but an agent of culture. A medium of sense who allows himself to channel semiosis.
Under this principle, Ciler appropriates different works, mainly through the Internet, that network of ones and zeros that not only decontextualize the image, but, in the presence of an error, is prone to be corrupted by a glitch. This abrupt digital distortion inherent in our epoch alters the nature of the contemporary image and gives it a new essence, eternally unfinished and vulnerable to the appropriation of the other. Thus, Ciler takes images available to the general public and returns them to their physical state, printing, intervening, deconstructing, and repainting them, leaving as a result an art piece waiting to be re-appropriated by someone else.
In Ciler’s, the approach of re-appropriation becomes a satire that confronts the author who claims to own everything. This satire works as a way that leads to the deconstruction of the meaning of the actual art work, pointing out to an intrinsic paradox, the assumption that nothing belongs to anyone.
El autor ha muerto. Esa quimera gestada en la modernidad que se ufanaba de la propiedad de un producto creativo solo porque creía que éste había emanado de él, como si se tratara de una extensión de su propio cuerpo que deja testigo en la firma. Lo cierto es que cuando un individuo crea algo -una palabra, una obra literaria, una pieza de arte-, este producto deja de pertenecerle y pasa al dominio del público. El autor no es autor, sino agente de la cultura. Un médium del sentido que se deja poseer para canalizar la semiosis.
Bajo esta premisa, Ciler se apropia de distintas obras clásicas a través del Internet, ese entramado de unos y ceros que no solo descontextualizan la imagen, sino que, ante la presencia de un error, es propensa a ser corrompida por un glitch. Esta abrupta tergiversación digital inherente a nuestra época altera la naturaleza de la imagen contemporánea y la reviste de una nueva esencia, eternamente inacabada y vulnerable a la apropiación del otro. Así, Ciler usurpa imágenes abiertas al público para regresarlas a su estado físico, imprimiéndolas e interviniéndolas, deconstruyéndolas y volviéndolas a pintar, dejando como resultado una pieza a la espera de ser reapropiada por alguien más.
En Ciler, el enfoque de la reapropiación se convierte en una sátira que afronta al autor que se proclama dueño de todo. La sátira funciona como la vía predilecta que lleva a la deconstrucción del sentido de la obra, al señalamiento de su intrínseca paradoja, al supuesto de que nada es de nadie.
Cristina Sandoval